Kevin Smith
Ayer vi Clerks uno y dos de una sentada, en parte, motivado por la entrada que publicaron hace unos días los Microsiervos sobre ESDLA. Como premisa, hay que tener en cuenta que la saga de Kevin Smith (Clerks, Clerks II, Persiguiendo a Amy, Mallrats y Jay y Bob el Silencioso contraatacan) es cine para freaks (sólo hay que verle el careto a los de Microsiervos...), es cine para aquellos que en su día eran adolescentes con granos que escuchaban Iron Maiden, jugaban al Quake y se masturbaban pensando en Catwoman vestida de cuero. Dicho esto, hay que admitir que hay diálogos muy buenos:
Había algo que no encajaba cuando la ví por primera vez, no sabía lo que era, pero algo no encajaba (...) La segunda Estrella no estaba terminada, aún la estaban construyendo (...) Una obra de esa magnitud requeriría muchos más hombres de los que había en el ejército imperial. Seguro que tuvieron que contratar a trabajadores autónomos: albañíles, fontaneros, electricistas (...) Todos esos inocentes trabajadores también mueren. Son bajas de una guerra que no les atañe. Ponte en su lugar: tú eres un albañil y el gobierno te ofrece un trabajo bien pagado. Tienes esposa e hijos y una casa en los suburbios. Es un contrato con el gobierno, tiene toda clase de ventajas. De repente, aperecen unos rebeldes que van fundiendo todo lo que pillan con sus rayos lásers. A tí ni te va ni te viene, no tienes ideas políticas. Sólo intentas ganarte la vida.
Randall en Clerks
Pero vamos, que los más grandes siguen siendo Jay y Bob:
Atención al friki-detalle de la lona colgada en la persiana del QuickStop: "Les aseguro que está abierto"